28.12.04

Mr.Self Destruct

Se levantó y se dirigió al baño dando tumbos. Las náuseas olían a bourbon, el vómito tenía ese color entre orín y bilis. "Menuda mierda la de anoche, joder. Casi no recuerdo nada".
Se miró al espejo, su rostro estaba pálido y frío. Una mancha grisácea oscurecía su mirada, nublada por la resaca. Sentía en el interior de su boca la saliva espesa. La lengua en carne viva le dolía, la sacó y la observó en el espejo bajo la luz mortecina de la bombilla. Tenía unas marcas alrededor, heridas abiertas que empezaron a sangrarle cuando abrió la boca. No lograba recordar cómo se las hizo, no sabía ni cómo había llegado a casa. No le dió más importancia y se enjuagó la boca con el último trago de bourbon que le quedaba. Al dejar el vaso sobre la pica, notó que algo cálido le recorría el antebrazo, hasta llegar a la punta de los dedos. Era sangre. También tenía una herida limpia y profunda a medio brazo. Asustado, cogió una toalla para contener la hemorragia. Y con el simple hecho de mover el otro brazo, comenzó sangrar éste también. Una herida idéntica de la cual emanaba sangre a borbotones.
Se mareó. El baño empezó a girar a su alrededor. Notaba cómo la sangre salía de sus heridas abiertas, cómo perdía un litro, dos...
Agarrándose a las paredes y a los pocos muebles que tenía, se acercó hasta a la habitación para llamar a urgencias. Sentía que perdía el equilibrio y se dejó caer sobre la cama. "Mierda, ¿dónde coño está el teléfono? Joder, ¿qué esto de aquí? Creo que no traje a nadie a casa". Se había clavado algo en su culo, una mano. Como pudo se levantó y se irguió junto a la cama. Tiró de las sábanas para ver quién cojones estaba durmiendo en SU cama mientras ÉL se moría.
Era él mismo ya muerto que recordaba una y otra vez la agonía de su propia destrucción.

La muerte de Marat




¿Quién será?

19.12.04

Melancholia, mon cher




Una hora escasa me separa de la plenitud. Me acerca a la soledad.

17.12.04

Silence is sexy




Engañarla fue fácil. El dinero es lo que tiene, limpia nuestra mirada de oscuras pervesiones. Y confundir a una pobre imbécil para que crea que un mercedes de Pepecar es mío... me he superado esta vez.

Follármela también fue fácil. Tras la segunda copa se restregaba contra mí, me buscaba. Y no me hice de rogar. Nos montamos en el mercedes alquilado y conduje hasta el sitio más apartado que recordaba.

Aparcados junto al vertedero, las ventanas subidas y los Neubauten a toda mierda. Me la follé hasta reventarla, hasta que sus gritos pidiendo un descanso me jodieron los oídos. Paré la música con mi polla aún en su culo, mientras ella seguía chillando y trepanando mi cráneo. Necesitaba que se callase, disfrutar del sacramento del polvo en silencio. La agarré fuerte por el cuello mientras embestía más rápido y fuerte. Más fuerte arremetía, más fuerte apretaba su cuello. Hasta que dejó las piernas laxas, el culo flácido y relajado... Me corrí.

Le dí la vuelta para besarla agradeciéndole el buen rato con una muestra de afecto, como a las niñatas les gusta, y estaba tan guapa, tan callada, tan muerta. El silencio la hizo parecer aún más bella.

Silence is sexy.

15.12.04


¿Tengo los pies en la tierra?

13.12.04

La niña de los ojos increíbles

La niña de los ojos increíbles se miraba al espejo fascinada. Veía tan solo su pupila enorme, reflejándose en ella la misma imagen vista mil veces. El iris imperceptible luchaba por mantener el marrón habitual de la mirada limpia.
Los ojos increíbles de la niña se agrandaban, se agigantaban a medida que ella les prestaba más atención. Hasta tal punto de no ver nada más, sólo el negro brillante de sus ojos dilatados. Y con la mirada fija en sus propias pupilas, empezó a atisbar figuras tímidas, siluetas negras que se acercaban a ella.
No tenía miedo, eran silenciosas y el sonido de lo extraño es lo que nos da pavor en realidad. Dejó que se acercaran hasta rozarle las pestañas, hasta que el tacto repentino de algo viscoso recorriéndole las mejillas la despertó de aquel ensoñamiento.
Eran sus propios humores. Se había arrancado los ojos para no verse nunca más.


Es posible que esté plagiando a alguien con "la niña de los ojos increíbles", no recuerdo si alguien me llamó así o simplemente me lo he inventado.

11.12.04

Cake & Sodomy

La música empapa mi cabeza, distorsiona mis oídos. El rítmico sonido de un bajo eléctrico se convierte en pulsaciones sexuales, acompasadas con mis latidos frenéticos. El alcohol incrementa la sensación de vacío entre mis piernas. Licua todo el deseo frustrado hasta convertirlo en un fluido viscoso y salado. La respiración se acelera por la falta de aire ajeno, viciado ya por otra persona. El contacto físico se me hace imprescindible; tocar, acariciar, lamer... La necesidad de un sabor que no sea el propio, de un olor que no me pertenezca, de una lengua desconocida a la que enseñar o dirigir hacia donde yo quiera. Y dejar de pensar en lo que está sucediendo. Evitar imágenes de situaciones ya vividas, de personas ya amadas y casi olvidadas.

I put a spell on you

La ausencia te lleva a la nostalgia.
La nostalgia te lleva al desespero.
El desespero te lleva a la autolisis.
La autolisis te lleva a la nada.

Entonces, las corazas sirven para algo. La anestesia autoinflingida, el veneno arraigado consumido por mí misma como buena alimaña. La incapacidad total a la hora de mostrarme presente (viva). Y no sentir la necesidad de tenerle.